sábado, 13 de junio de 2009

Armados hasta los dientes...tío!

Vean esta nota salida hoy en el diario madrileño El País. Y el video que en ella se muestra prestándole atención a las especificaciones técnicas de esta "arma estratégica" TAURUS KEPD...que loco que la sigla que lo acompañe pueda significar "Que en paz descanse"...quizas sea una premonición...

Por razones de copyright el video sólo puede ser visto en la página del diario, haciendo click sobre el título se remite a la misma.


España se une al club de países con misiles de crucero
Un vídeo del Ejército del Aire muestra como los F-18 españoles destruyen un objetivo a 350 kilómetros de distancia

MIGUEL GONZÁLEZ - Madrid - 13/06/2009

Un caza deja caer un proyectil de 5,1 metros y 1.400 kilos. A los pocos segundos, el motor del misil se enciende y éste comienza su viaje autónomo, a casi 1.000 kilómetros por hora (0,9 Mach) y a sólo 30 metros del suelo. Su sistema de navegación (inercial, GPS y de reconocimiento del terreno) le conduce hacia su objetivo, a 350 kilómetros de distancia. Cuando lo identifica, se eleva y cae en vertical sobre él.
Imágenes como las que se reproducen en esta página no son nuevas. Lo que las hace diferentes es que el avión es un F-18 español. Y el misil, uno de los dos Taurus KEPD 350 lanzados por vez primera a mediados del pasado mes de mayo. Una bomba de precisión capaz de colarse por una ventana y de perforar un muro de cuatro metros de grosor. Sin duda, el arma más poderosa de las Fuerzas Armadas españolas. Y también la más cara: unos 950.000 euros por unidad.
Los F-18 españoles que participaron en los bombardeos de la OTAN en Bosnia en 1995 lanzaron bombas GBU-16 de 453 kilos y guiado láser. Los pilotos debían ver su objetivo, a través del iluminador FLIR/LTDR, lo que les obligaba a exponerse a las defensas antiaéreas. No hay, sin embargo, defensa capaz de alcanzar un avión a una distancia equivalente a la que separa Madrid de Alicante. Ni de interceptar un misil que está diseñado para ser indetectable por el radar y vuela a ras del terreno.
El 24 de junio de 2005, el Consejo de Ministros aprobó la compra de 46 misiles Taurus KEPD 350 (y otros dos para entrenamiento en tierra) por 57,39 millones de euros. La firma de ingeniería Sener es la contratista principal, aunque los misiles los fabrica la germano-sueca Taurus Systems GmbH, participada por la compañía europea EADS.
España recibió sus dos primeros misiles en octubre de 2007 y se convirtió en el segundo usuario del Taurus tras Alemania, que ha adquirido 600. Para el Ejército del Aire español supone un salto cualitativo sumarse al selecto club de los que tienen misiles de crucero de alcance medio. Pero el Taurus es inútil sin un avión que lo lance y su integración en el F-18 ha sido la tarea del Centro Logístico y de Experimentación (Claex).
Para verificar su eficacia, dos F-18 del Claex y dos del Ala 12 se desplazaron en mayo al polígono de tiro de Overberg, en Suráfrica. ¿Por qué tan lejos? Porque no hay en España ni en Europa un campo de las dimensiones y características adecuadas.
La Operación Cruz del Sur desplazó a 70 militares, así como aviones de reabastecimiento en vuelo (B-707), de transporte (C-130 y C-295) y de búsqueda y salvamento (Fokker 27), al otro extremo del continente africano, en un viaje de más de 8.500 kilómetros, con una única escala en Libreville (Gabón).
Tras varios ensayos, lanzaron dos misiles operativos, a los que se reemplazó la cabeza de guerra Mephisto (cargada con 500 kilos de explosivo) por un kit de monitorización de parámetros. Al margen del precio de los Taurus y del propio despliegue militar, sólo el uso del polígono costó 631.359 euros.
"Los misiles más caros son los más baratos", dice un general del Ejército del Aire, parafraseando a Florentino Pérez. "No sería lógico usarlos para destruir un tanque, pero sí una planta nuclear. Es nuestra arma estratégica".

lunes, 1 de junio de 2009

Cuba, Estados Unidos y la OEA: Tan cerca...tan lejos

La 39ª Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) que se lleva a cabo estos días en San Pedro Sula, Honduras, plantea la dicotomía de un Sistema Interamericano con o sin Cuba.
En la cumbre de Punta del Este, Uruguay, de 1962 con 14 votos a favor, 6 abstenciones y un voto negativo, Cuba fue expulsada de la Organización por considerar que la adhesión de cualquier Estado miembro al marxismo-leninismo era incompatible con el Sistema Interamericano. Los deseos del gran país del norte, Estados Unidos, se habían cumplido. Este fue el castigo por haber amenazado la seguridad norteamericana en la Crisis de los misiles, 13 días en los que el mundo estuvo a punto de ir a una guerra nuclear entre Estados Unidos y la extinta Unión Soviética.
Después de la muerte de Ernesto “Che” Guevara en Bolivia en 1967, la idea de expandir la revolución socialista en América Latina comenzaba a perder fuerzas. Más aún en la década de los 70 cuando las dictaduras derechistas prosperaban en el sur procurando evitar el avance del comunismo.
El 13 de abril pasado, el nuevo presidente norteamericano firmó el levantamiento de ciertas restricciones al bloqueo contra Cuba que data de 1962. Se reanudan los viajes de cubanos-norteamericanos a la isla, se permite el envío de remesas y en estos días se comienza a negociar una política migratoria, discusión que había comenzado en 1994 bajo el gobierno de Bill Clinton después de la Crisis de los balseros, y que por orden y gracia de George W. Bush, fue abruptamente suspendida en 2003.
Algunos diplomáticos creen que detrás del levantamiento de estas restricciones se acerca el reingreso de Cuba a la OEA. Estados Unidos no pretende hacer concesiones en aquella clausula prohibitiva de 1962, ya que condiciona la reincorporación de la isla a que la misma emprenda el camino hacia la democracia, que libere a los presos políticos y respete las libertades fundamentales. Es que lo que no cambió en Cuba es el régimen político que meritó aquella expulsión hace 47 años. Obviamente, para la Secretaría de Estado de Estados Unidos el hipotético regreso cubano no será gratis.
Por parte del gobierno de la isla, en abril pasado Raúl Castro deslizó esta definición "Antes de ingresar a la OEA, primero se unirá el Mar del Norte con el Mar del Sur y nacerá una serpiente de un huevo de águila".
Antes de la Asamblea que se llevará a cabo en Honduras, el periódico Granma, considerado el órgano de las comunicaciones oficiales del Partido Comunista cubano, dejó en claro que Cuba no necesita de la OEA, ni siquiera de una eventual reforma. “Nunca retornaremos a ese vetusto caserón de Washington, testigo de tantas vergüenzas compradas y tantas humillaciones”. Para Cuba, la OEA silenció y comandó los golpes de estado en Chile, Argentina y Uruguay en los años 70, además de avalar según los designios de Washington, la caída de Allende y la desaparición forzosa de miles de personas bajos aquellas dictaduras militares. Sin pelos en la lengua Granma considera a la organización como un “cadáver político”. La opción es una organización latinoamericana y caribeña en la que no participe el gobierno de los Estados Unidos.
Algunos gobiernos de la región consideran que el reingreso de la isla al sistema interamericano es un acto de justicia por tanto años de opresión y aislamiento. En el marco de la OEA a propuesta de Honduras y Nicaragua se conformaron grupos de trabajo que estudian cómo debería ser el reingreso de Cuba a la Organización.
Pero este importante paso se reduce a un guiño en las altas esferas políticas del Salón Oval y el Congreso norteamericano. Este último parece que no está dispuesto a abandonar fácilmente uno de los pilares de la política exterior bipartidista y coordinada, que caracteriza al gran país del norte.
Cuba, Estados Unidos y el sistema interamericano parecen estar tan cerca, pero tan lejos a la vez. Después de la Asamblea de Honduras, estos protagonistas tendrán la palabra.