miércoles, 12 de agosto de 2009

Algo huele mal en Myanmar


Foto Diario El País, Madrid


Condena internacional a la sentencia contra la Nobel Aung San Suu Kyi
ELPAÍS.com / EFE - Madrid / Bangkok - 11/08/2009
La líder del movimiento demócrata birmano y premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, ha sido declarada este martes culpable y condenada a tres años de trabajos forzados por el tribunal especial que la ha juzgado por quebrantar el arresto domiciliario. La sentencia ha provocado las críticas de la comunidad internacional. El presidente de EE UU, Barack Obama, ha condenado la decisión y pedido la "excarcelación inmediata y sin condiciones" de Suu Kyi. La decisión del tribunal especial también ha sido criticada por organizaciones de derechos humanos como Human Rights Watch y Amnistía Internacional.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha retrasado hasta este miércoles una reunión de urgencia para discutir un texto de condena del fallo y exigir su liberación de la opositora. Según fuentes diplomáticas, la reunión prevista para este martes se ha suspendido para dar tiempo a que algunas delegaciones consulten con sus capitales.
Tras la sentencia, la Junta Militar de Myanmar (antigua Birmania) que preside el general Than Shwe, ha ordenado conmutar la pena impuesta a la Nobel de la Paz y la ha confinado en su residencia de Rangún durante un año y medio, según indican fuentes judiciales. La orden fue dada por el jefe de la Junta Militar a través de un mensaje leído en la sala por el ministro del Interior, general Maung Oo.
Las autoridades permitieron la asistencia de los diplomáticos a la vista, celebrada en un pabellón del complejo penitenciario de Insein en el que Suu Kyi se encuentra encarcelada desde el pasado 14 de mayo. Con motivo de la vista, cerca de dos mil efectivos de las fuerzas de seguridad fueron desplegados en el perímetro de la prisión y en los accesos al barrio de Insein.
Como en días anteriores, los diarios estatales han publicado hoy nuevas advertencias sobre las drásticas acciones que llevarán a cabo las fuerzas de seguridad ante cualquier protesta callejera por parte de los seguidores de la dirigente, conocida también como la Mandela de Myanmar.
Atrasos y cortapisas
El veredicto, que en principio iba a ser emitido el 31 de julio, fue aplazado hasta el 11 de agosto por el tribunal especial porque era necesario más tiempo para estudiar los argumentos legales relacionados por medio de un referéndum.
El juicio estuvo dominado por el hermetismo propio del régimen militar, los retrasos continuados y las cortapisas que los jueces pusieron a los abogados que defendieron a la líder opositora.
Suu Kyi, de 64 años y que lleva 13 de los últimos 19 bajo arresto domiciliario, fue acusada de quebrantar los términos del arresto al cobijar dos noches en su casa al ciudadano estadounidense John Yettaw, juzgado por infringir las normas de seguridad ciudadana. Este ex veterano de Vietnam pasó inadvertido ante los guardias de seguridad y nadó hasta la casa de Suu Kyi en el Lago Inya el 4 de mayo, donde se quedó durante dos noches. Yettaw, de 54 años y quien padece de diabetes, fue dado de alta médica anoche por los médicos del Hospital General de Rangún, donde estuvo ingresado una semana para recibir cuidado por los ataques de epilepsia que sufre desde hace años.
Los activistas pro derechos humanos ya afirmaron en el comienzo de este juicio que un veredicto de culpabilidad era inevitable en un país donde más de 2.000 presos políticos se encuentran tras las rejas y donde los tribunales habitualmente se doblegan ante los generales.
Los militares gobiernan la antigua Birmania con puño de hierro desde 1962. La dictadura que preside el general Than Shwe rechazó a principios de mayo la petición hecha por la Liga Nacional por la Democracia (LND), partido de Suu Kyi, para que pusiera en libertad a su líder por su deteriorado estado de salud. El partido de la Nobel de la Paz ganó las elecciones generales celebradas en 1990 por abrumadora mayoría, aunque los resultados nunca han sido reconocidos por los generales.China no se suma a la condena internacional contra Myanmar
Tras la sentencia que alarga la detención de la líder opositora Aung San Suu Kyi, la portavoz del Ministerio de Interior invita a no interferir en los asuntos interiores del país


REUTERS - Rangún - 12/08/2009
China no se suma a la condena internacional suscitada por la nueva sentencia que el régimen militar de Myanmar (antigua Birmania) infligió ayer a la líder opositora Aung San Suu Kyi. La primera declaración oficial de Pekín al fallo que ayer impuso a la premio Nobel de la Paz otros 18 meses de prisión domiciliaria, ha llegado hoy desde el Ministerio de Exteriores que se ha expresado en defensa de la soberanía de Myanmar en la gestión de asuntos interiores.
La portavoz del Ministerio Jang Yu ha declarado que es el diálogo y no la critica lo que puede ayudar a la antigua Birmania a seguir el camino hacia la democracia, el desarrollo y la reconciliación nacional. "Y no sólo en el interés de Myanmar", ha dicho Jiang, "sino de la estabilidad regional". En un comunicado, la portavoz ha subrayado que "la comunidad internacional tiene que respetar la soberanía judiciaria de Myanmar".
El comentario del Ministerio de China, una de las pocas naciones que apoyan la junta militar birmana, podría significar que Pekín no respaldará ninguna acción de las Naciones Unidas contra el país. Los países occidentales presionaron ayer al Consejo de Seguridad para que adoptara un comunicado de condena, pero otros países, incluidos Rusia y China que tienen derecho de veto, tuvieron una posición evasiva.
Por su parte la Asociación de Naciones de Sureste Asiático (ASEAN), a la que también pertenece Myanmar, ha expresado su "profunda decepción" por la sentencia contra Suu Kyi. La ASEAN ha mantenido una política de no interferencia en los asuntos de política interior de sus miembros. Sin embargo la negativa de la junta militar birmana a una mejora de la situación de los derechos humanos en el país ha sido uno de los principales motivos de tensión con la organización.




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