viernes, 17 de octubre de 2008

Un poco de historia: La Revolución del Terciopelo

En medio de tanta euforia y dramatismo por la crisis económica actual, quiero que nos permitamos un tiempo y un espacio para rememorar los acontecimientos que dejaron su huella en la historia mundial. En mi época de estudiante (no hace mucho) siempre me llamó la atención éste acontecimiento histórico: "La Revolución del Terciopelo" que dio el puntapié inicial a la caída del régimen socialista en la ex Checoeslovaquia y la escisión cuatro años después en los dos Estados independientes, República Checa y Eslovaquia. Hurgando en las páginas de Internet encontré este artículo que quiero compartilo con ustedes, aún cuando no es de mi autoría de lo que prometo que pronto habrá cosas nuevas. Pueden saber más sobre esta historia en http://www.czech.cz/es.

Tras las huellas del 17 de Noviembre.
De Vendula Veselá. Fragmentos.

"El calendario dice que es fiesta nacional. 17 de noviembre. Esta vez, en esta fecha coinciden más de un acontecimiento en estrecha trabazón recíproca. Sin el primer paso no se puede dar el segundo, y así... Cada suceso tiene su valor y su simbolismo, gracias al cual es recordado por la comunidad o cae en el olvido. El primer evento referido es algo que casi ninguno de nosotros ha vivido, el segundo sí. Estamos hablando de la Revolución de Terciopelo. En el artículo que sigue describimos los símbolos de dicha revolución, en los cuales está encriptado su destino y significado.
A pesar de que el 17 de noviembre se ve en los últimos años relacionado con los acontecimientos del año 1989, en realidad esta fecha significa mucho más en la historia del país. Echemos un vistazo a la historia.
Primer paso, año 1939
La época del protectorado de Bohemia y Moravia es uno de los periodos más negros de la historia checoslovaca. Después de veinte años de gobierno democrático llegó en el 1939 la dictadura nazi. El día 28 de octubre, aniversario de la fundación de la primera República, la gente se echó a la calle para protestar por la situación política. La represión nazi fue durísima. Dos estudiantes murieron en las refriegas callejeras y la situación se calentó produciéndose tumultos y desórdenes en los días siguientes. El 17 de noviembre, el día del entierro de Jan Opletal, que era uno de los estudiantes asesinados, la nación entera manifestó públicamente su oposición a la ocupación alemana. A resultas de las disposiciones nazis para controlar la situación, 9 representantes de organizaciones estudiantiles fueron ejecutados y 1200 estudiantes universitarios fueron internados en el campo de concentración de Sachsenhausen-Oranienburg y todas las universidades del país se cerraron. El 17 de noviembre había resultado ser mucho más sangriento que la demostración del 28 de octubre, con la que empezaron los tumultos.Los acontecimientos de ese otoño no fueron completamente ahogados a partir del año 1939 por el fragor de la guerra. No se olvidaron nunca. Ya el segundo aniversario fue recordado en Gran Bretaña, en un encuentro de delegados estudiantiles de 26 países del mundo. En esa reunión fue precisamente donde se proclamó el 17 de noviembre día internacional del estudiante.
Segundo paso, año 1989
La historia de Opletal, así como la importancia internacional de la efemérides, era tan fuerte que los comunistas tuvieron que reconocerla y darle rango de oficialidad, aunque amoldándola a sus propios fines políticos. Se estaba pensando en preparar una gran celebración para el aniversario de los trágicos acontecimientos, cuya organización, originalmente, se iba a confiar a la Unión de Jóvenes Socialistas, en checo conocida también como SSM, compuesta por jóvenes de edades entre 18 y 25 años y dirigida y administrada desde el KSČ -el partido comunista de Checoslovaquia, en el poder. Pero el miedo a que la participación ciudadana fuera insuficiente indujo a los jóvenes socialistas a entregar la organización del acto a la Asociación de estudiantes independientes, ofreciéndose al mismo tiempo a colaborar en el acto de celebración.La Asociación de estudiantes independientes planeó un recorrido desde Albertov, es decir, desde el mismo lugar de la capital en el que se iniciaron las manifestaciones hacía cincuenta años con motivo del entierro de Jan Opletal. Pero los estudiantes comunistas habían pensado en otro recorrido; no fue fácil ponerse de acuerdo.Aquel día se dieron cita en la manifestación unas 15.000 personas. No sólo estudiantes pudieron ser vistos en la comitiva, sino también académicos, profesores, testigos vivos de los acontecimientos de 1939 y gente de a pie que pretendía únicamente expresar su desacuerdo con el régimen comunista.
El castillo de cartas que se desmorona
Desde el año 1988 se podía sentir que cada vez había menos gente que creía en los ideales del socialismo. Las manifestaciones de rotundo desacuerdo se sucedían unas a otras con creciente intensidad, no sólo por parte de los disidentes, sino que la población los secundaba. Desde agosto de 1988, miles de personas se concentraban en el centro de Praga con ocasión de conmemorar fechas que habían sido "prohibidas" por el régimen. La petición conocida como Unas cuantas frases fue recibida con un apoyo sin precedentes entre la población, extendiéndose conspícuamente a partir del 1989.Todas las manifestaciones eran la misma historia; los manifestantes eran disueltos por las fuerzas de seguridad del estado, y unos cuantos participantes acababan en los calabozos de la policía.En los países vecinos el ambiente estaba más o menos lo mismo, aunque con resultados un poco mejores. En Hungría, el telón de hierro ya se había desgarrado para marzo. Polonia tuvo sus primeras elecciones libres también en primavera. Letonia, Estonia y Lituania proclamaron su soberanía en julio. No era una excepción la Alemania Oriental, con la caída del muro de Berlín, ni Bulgaria... El castillo de naipes socialista colapsaba desde sus cimientos. Y en esta atmósfera llena de tensión, se programó en la República Checa una manifestación para celebrar el quincuagésimo aniversario del 17 de noviembre.
(..)
Al final, la manifestación se dirigió al cementerio de Vyšehradský Slavín para visitar la tumba del poeta Karel Mácha, considerado como un símbolo nacional. Después de hacerlo, miles de estudiantes marcharon hacia la Plaza de san Wenceslao, pero no consiguieron llegar. El camino estaba bloqueado en la Avenida Nacional, (Národní Třída), por cuerpos de la Seguridad Nacional, los cuales atacaron a la multitud con una desacostumbrada dureza.
Flores y velas
Muchos guardan en la memoria y en la retina la Revolución de Terciopelo gracias a una serie de símbolos; dichos símbolos nacieron en esos días, cuando el régimen totalitario iba a ser sustituido por el democrático, y están en muchas fotografías de por aquel entonces. En los periódicos pueden verse a cientos fotos en las que las multitudes, en calles atestadas, llevan velas y flores. Depositar flores y encender velas hoy es una cosa normal, pero en aquella época y régimen no lo era. No estaban permitidas las expresiones de reconocimiento de líderes o personalidades no comunistas, y además la libertad de reunión de las personas en público estaba coartada, a menos de tratarse de acciones organizadas por el régimen mismo en beneficio propio. En noviembre de 1989, no había suficientes velas y flores para homenajear a los estudiantes que cayeron en la lucha por la verdad. Los monumentos estaban sembrados de velas y flores que ya entonces parecían prever un futuro mejor.
Václav Havel, uno de los más importantes oponentes del régimen comunista, podría muy bien hablar acerca de estos símbolos. En enero de 1989, depositar flores en el monumento de san Wenceslao en recordatorio del sacrificio de Jan Palach le costó 9 meses de prisión. (Jan Palach se quemó, el 16 de enero de 1969, en la parte alta de la Plaza de san Wenceslao, como protesta por la ocupación soviética y por la transigencia con que los representantes políticos checoslovacos respondieron a ello.)
(..)
Llaves que no sirven sólo para abrir
Uno de los símbolos del cambio "suave" que se verificaba sin muertos ni heridos era el del manojo de llaves. La gente las agitaba con la mano en alto y su sonido tintineante llenaba las calles. Las llaves, que en nuestra cultura tienen la connotación de que alguien se va, acompañaban a la consigna "¡Miloš, nos vamos!" Con ello se estaba diciendo directamente al secretario general del KSČM (El partido comunista), Miloš Jakeš, que se fuera. También se coreaba "¡La última campanada!", "¡Despertemos Praga!", o "¡Libertad para navidades!", consignas con las que se llenaba la atmósfera en un clima de calma tensa.Luego llegó un momento que fue tan importante para la política checa como el 17 de noviembre con el que empezó todo, y aparecieron nuevos símbolos. Esta vez sus protagonistas eran no sólo estudiantes, sino también actores, porque en esos momentos tan graves, los teatros se convirtieron en lugares de debate político ciudadano, en los cuales, en vez de las representaciones programadas, los actores y el público discutían sobre la marcha de los acontecimientos. Aparte de los medios oficiales, representantes de la ideología estatal, apareció un canal de comunicación que los comunistas no podían censurar.
Suave como el terciopelo
La denominación de "revolución de terciopelo" nació en la prensa extranjera, pero pronto superó las fronteras y empezó a utilizarse en la República Checa también. La verdad es que la forma en que los cambios se llevaban a cabo recordaba a la suavidad del terciopelo. Hoy los historiadores conocen bajo esta rúbrica a los días que se extienden entre el 17 de noviembre y en 29 de diciembre de 1989.
(..)
Aunque pueda parecer que el paso del comunismo a la democracia se reduce a unos cuantos iconos, la verdad es distinta. Detrás de los símbolos se esconden acontecimientos reales que trajeron cambios políticos sustanciales. Así pues, a partir del 1989, la República Checa celebra el 17 de noviembre dos acontecimientos. El día internacional de los estudiantes y el día de la lucha por la libertad y la democracia. Sin el primer paso el segundo no se habría dado nunca."

1 comentario:

Unknown dijo...

la revolución de terciopelo debe ser uno de los temas que más me gustan sobre historia. los paises del este me apasionan.
esta bueno el post, si te opuedo hacer una critica constructiva te diria que tus posts son muy largos. los temas están buenos fuiste a la unr?