viernes, 25 de septiembre de 2009

El peligroso juego de Zelaya


Desde que "Mel" Zelaya regresó a Tegucigalpa y se refugió en la Embajada de Brasil, el gobierno de facto esta asediando la sede diplomática. En las afueras de la misma incluso hubo hasta un muerto en jornadas anteriores, al menos lo reconocido por el jefe golpista Micheletti.

El juego de Zelaya es muy peligroso...pone en el borde de la guerra civil a Honduras y desafía en las narices a la potencia regional (Brasil) a que se involucre directamente en la reposición de su gobierno.

"Esto está terrible, te estoy hablando desde debajo del aparato de aire acondicionado, es la única forma que tengo de respirar. Aquí hay gente sangrando por la nariz, orinando y vomitando sangre. Los militares están lanzando gases tóxicos al interior de la embajada. ¿No es un crimen lo que nos están haciendo...?", decía Zelaya a un periodista español. Pero además de un terrible escenario de violencia hacia los conciudadanos, esto es una afrenta directa a la soberanía brasilera. Micheletti lo niega aduciendo que "Mel" miente y que la unica solución es aceptar lo que dicten las urnas el próximo 29 de noviembre. Pero mi pregunta es, en esta tesitura: ¿Se llega a ese día?

En su refugio Zelaya invocó un plan golpista de asesinarlo y hacerlo pasar como un suicidio. Todo esto sin agua ni energía eléctrica en la sede diplomática brasilera, ¿no es esto violar directamente la soberanía de Brasil, condenando al olvido a su Embajada, parte de su territorio nacional?

"Hay basura acumulada, unas 60 personas conviviendo sin demasiado espacio, y además los servicios de limpieza han estado saneando los alrededores con un fuerte desinfectante. Tal vez sea eso la causa del picor de nariz que hayan podido sentir los refugiados...", es la excusa que dieron desde el gobierno golpista.

La Convención de Viena de 1961 especifica claramente en su artículo 22:
1. Los locales de la misión son inviolables. Los agentes del Estado receptor no podrán penetrar en ellos sin consentimiento del jefe de la misión.
2. El Estado receptor tiene la obligación especial de adoptar todas las medidas adecuadas para proteger los locales de la misión contra toda intrusión o daño y evitar que se turbe la tranquilidad de la misión o se atente contra su dignidad.
3. Los locales de la misión, su mobiliario y demás bienes situados en ellos, así como los medios de transporte de la misión, no podrán ser objeto de ningún registro, requisa, embargo o medida de ejecución.

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (parece que por fin se hizo eco) condenó el hostigamiento a la Embajada, y el Jefe de Itamaraty insta a que los secuaces de Micheletti respeten las convenciones internacionales, so pena de recibir sanciones por parte de Planalto.



1 comentario:

Enrique Gabriel Kaltenmeier dijo...

Me sorprende la tenacidad de la dictadura hondureña, en continuar en el poder aún cuando están aislados internacionalmente. El único detalle es la falta de una acción clara de EE.UU., que parece haberse quedado en una postura ambigua, bastante cómoda por cierto para sus intereses.