viernes, 4 de septiembre de 2009

Japón y el fin de los dinosaurios políticos

El pasado 30 de agosto 104 millones de japoneses votaron la extinción de los dinosaurios políticos. El Partido Liberal Democrático (PLD) gobernante desde 1955, apenas diez años después de finalizada la Segunda Guerra Mundial, sufrió una aplastante derrota en las elecciones legislativas. Los dinosaurios políticos japoneses comienzan a extinguirse.
El triunfante Partido Demócrata de Japón (PDJ) fue creado apenas hace 11 años por algunos ex funcionarios “desertores” del PLD y organizado en base a formaciones sociales distintas, hoy protagoniza con Yukio Hatoyama, el gran ganador, el cambio político más importante de la historia del Imperio del Sol Naciente. Con apenas 62 años, nieto de un ex Primer Ministro e hijo de un ex ministro de los gobiernos del PLD, y perteneciente a una familia íntimamente relacionada a la dinastía industrial japonesa, Hatoyama gana las elecciones centrando su campaña en la defensa de la voluntad popular, en reforzar la democracia y la capacidad ciudadana de decidir con su voto el futuro del país, amen de terminar con el nepotismo y la corrupción instalados en el sistema político nipón.
La segunda potencia económica mundial sufre la cifra de desempleo más alta desde finales de la Segunda Guerra Mundial, siendo ésta del 5.7% de la población activa. Tras quince meses de caída del PBI, la economía nipona se recuperó en el último trimestre (abril-junio) al 3.7%, pero a julio del corriente hay un millón más de japoneses desocupados, el consumo de los hogares se retrajo un 2% y el índice de precios mostró una deflación del 2.2% en el mismo mes. La caída de la demanda mundial de los productos exportables de Japón, llevó a que dos de sus industrias más importantes, Toyota y Sony, redujeran drásticamente el empleo y la producción para afrontar la crisis internacional. En este escenario devastador, que pone en riesgo el otrora “milagro japonés” de recuperación económica, se enmarcan los resultados de las elecciones legislativas pasadas.
(continúa)

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